top of page
Buscar

Las crisis: ¿Quién dijo que todo sería fácil?

  • 10 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 8 may 2020



La Biblia muestra claramente que Jesús nunca prometió a sus seguidores que caminar con Él traería abundancia de dinero o riquezas, como muchos hablan hoy. Por el contrario, Él mencionó que en este mundo tendríamos aflicciones. Ser discípulo de Jesús nos llevará en ocasiones a ser transformados por medio de las dificultades y pruebas que podamos vivir.


Al mismo tiempo, debemos recordar que estamos en un mundo caído. Los terremotos, las enfermedades, las guerras, los problemas sociales y demás, son realidades que en algún momento podemos vivir como hijos de Dios y esto no significa que Dios deje de ser poderoso, al contrario, nos muestra nuestra gran necesidad de Dios, de un Salvador y que sólo con Él podremos hacer frente a todo dolor o prueba que experimentemos en este mundo.


A continuación leeremos un poco cómo una tormenta se transformó en un momento difícil para los discípulos, y qué Dios les enseñó a ellos sobre cómo enfrentar un momento de crisis.


En una ocasión los discípulos estaban con Jesús en una barca, iban a pasar al otro lado, a la tierra de los gadarenos. De camino una gran tempestad comenzó y ellos empezaron a aterrorizarse. Pero recordemos, no era la primera vez que los discípulos subían a una barca, muchos de ellos, por ser pescadores, ya habían experimentado algo así en su trabajo de pesca, pero en ese momento ellos vieron que no podían hacer nada y por esto deciden llamar a Jesús, tenían miedo porque la barca empezó a llenarse de agua (Marcos 4:37).


Inmediatamente ven a Jesús dormido y lo levantan, pretendiendo notificar a Jesús de lo que estaba pasando ¿Acaso Jesús no sabía lo que pasaría al cruzar en la barca de un lado a otro?, pero ellos en ese momento no recuerdan los atributos del maestro, su foco está en el miedo que produce estar a punto de hundirse. “Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron”. Marcos 4:38b


Finalmente Jesús al despertar calmó el viento y el mar. Ellos al acudir a Jesús ven a un Señor que tiene poder en los elementos de este mundo, que aun el mar y el viento le obedecían ¿Acaso no es maravilloso el poder de Jesús?, Jesús después de hacer esto los exhortó a confiar, Jesús esperaba que ellos pudieran tener una confianza que no dependiera de las circunstancias.


Algo que ellos habían olvidado es que Jesús les dijo que pasarían al otro lado, es decir, Jesús había dado Su palabra que llegarían al otro lugar. Nada ni nadie podría obstaculizar esta palabra de Jesús. No hay circunstancia que pueda quitarnos la confianza en Cristo, en Su palabra y promesas. Debemos tener presente que Dios está al control de todas las cosas, pero ¿Por qué al igual que Sus discípulos en momentos de crisis sentimos miedo?


Hoy de igual forma, como pasó con los discípulos en aquella barca, pasaremos por aflicciones en este mundo y estas aflicciones pueden debilitar nuestra confianza en el Señor. Estos son los momentos en donde debemos recordar los atributos de Dios. El Señor todo lo sabe y dice en Su palabra que conoce los planes que ha preparado para cada uno de nosotros, incluyendo las crisis que pasaremos.

"Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.". Jeremías 29:11

Todo esto nos ayuda a reflexionar que ser un discípulo no es fácil. Es mentira cuando nos dicen que no habrá dolor, pues en ocasiones Dios lo permitirá para la gloria de Su nombre. Pero de algo debemos asegurarnos, y es en saber que Jesús está en nuestra barca. Sólo con Jesús en nuestra vida podremos ver las aflicciones con agradecimiento y propósito, si bien los momentos difíciles no son fáciles, podremos estar fortalecidos en Cristo.


Por algo el apóstol Pablo nos menciona en Filipenses 4:13, que "todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”, pero antes menciona esto: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”. Filipenses 4:11-12.


Aprender a confiar en Dios es tener fe en Jesús independientemente de lo que estemos pasando. Es permanecer en Él, porque si bien, Cristo nos prometió Su presencia por medio del Espíritu Santo, también nos advirtió que tendremos aflicciones en este mundo, y para esto también nos dejó el Consolador. Es tiempo de confiar en Él, en Sus promesas y entender que la mayor promesa que podemos tener es la vida eterna, por medio de Cristo Jesús.


Aprender a confiar en Dios en las crisis es ser agradecido en los momentos de dificultad, es orar dejando toda nuestra ansiedad en Aquél que tiene el control, es experimentar una paz que no entendemos, como lo menciona Su palabra.


Tengamos presente que detrás de todo tiempo de incertidumbre, hay un Dios que no cambia y busca Su gloria por medio de nuestras vidas. ¡Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece!


Piensa en esto: ¿Qué propósito tiene Dios con la crisis que estás pasando? ¿Cómo quiere Dios que vivas en medio de la crisis?

Autor: Andrea Moreno May

 
 
 

コメント


bottom of page