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Con todo: Yo me gozaré en Tus planes y propósitos

  • Foto del escritor: Andrea Moreno May
    Andrea Moreno May
  • 1 may 2020
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 8 may 2020


La gran mayoría de las personas en algún momento clamó a Dios para que cambie alguna situación. Por lo general, este tipo de oraciones surgen cuando se enfrenta alguna enfermedad, problema financiero, problema familiar, injusticia, entre otras cosas. Todas estas peticiones reflejan la imposibilidad del ser humano y, por ende, que cualquier situación podría tener solución con la intervención divina.


“En su angustia clamaron al Señor, y Él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: Se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado”. Salmos 107:28-30

Se ha registrado en la historia muchos casos en donde Dios se ha manifestado favoreciendo al ser humano con Su respuesta, en especial a Su pueblo. En innumerables oportunidades Él los liberó de sus enemigos, pero otras veces, permitió algún sufrimiento como consecuencia del pecado. Otros sufrimientos, simplemente Dios los permitió porque estaba en Sus planes. Pero sea cual sea el motivo de las aflicciones, Dios siempre ha tenido un propósito en medio de ellas.


El Señor usa las dificultades para dar corrección, instrucción y hablar de muchas formas al hombre. Esto es, porque Dios siempre busca ser glorificado en todas las cosas que suceden y, al mismo tiempo, busca trabajar en la santificación de Sus escogidos. Hoy busca santificar a Su Iglesia.


“Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”. 2 Tesalonicenses 2:13

Pero ¿Qué pasa cuando nuestras oraciones no son respondidas como lo esperamos? En esta oportunidad meditaremos en una respuesta que Dios dio a Su pueblo y esa respuesta no fue exactamente lo que buscaban o esperaban, pero con seguridad era lo que más necesitaban.


En el tiempo del profeta Jeremías, Dios usó la vida de este mensajero para decir a Su pueblo que serían reprendidos por causa de su desobediencia y, adicional a esto, estarían cautivos setenta años en Babilonia. Tal como se menciona en Jeremías 25:11, “todo este país quedará reducido a horror y desolación, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años”.


Luego, estando en la cautividad, el pueblo busca escuchar a Dios, olvidando las palabras dadas a través del profeta Jeremías sobre su cautiverio. Y en esta búsqueda, falsos profetas empiezan a dar mensajes que iban en contra de lo que Dios había planeado para ellos. Los falsos profetas daban un mensaje que les ofrecía un falso consuelo. Uno de ellos fue Hananías, quien al estar en presencia de todo el pueblo y sacerdotes dijo: “Así dice el Señor: “De esta manera voy a quebrar, dentro de dos años, el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que pesa sobre el cuello de todas las naciones”, Jeremías 28:11, al escuchar esto, se alegraron.


Aunque decían buscar oír a Dios, en verdad habían cambiado la voz de Dios para poder escuchar lo que les convenía. Ellos decidieron creer en falsas expectativas y promesas. Entonces, al cerrar sus oídos a Dios, no podían enfrentar de la manera correcta la realidad que su Señor les estaba permitiendo vivir; por esto, no podían comprender los propósitos del Creador.


Luego Dios, queriendo mostrar misericordia a Su pueblo, decide hablarles nuevamente a través del profeta Jeremías. Esta vez, por medio de una carta que es enviada desde Jerusalén por el profeta para las personas que se encontraban en cautiverio en Babilonia.


Lo primero que Dios hace en ese mensaje es confrontar al pueblo con la verdad; diciéndoles el tiempo que estarán en Babilonia. “Así dice el Señor: «Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar”, Jeremías 29:10.


Al mismo tiempo, la carta incluía una serie de indicaciones por parte de Dios sobre cómo deberían vivir en medio de su cautiverio. Dios les hace ver que en medio de su realidad, Él tenía cosas planeadas para ellos y les anima a no paralizarse ante la situación que estaban viviendo. Por el contrario, les indica que deben bendecir el lugar y la situación que estaban atravesando.


Esta carta fue un verdadero consuelo. El Señor les dijo que sabía muy bien lo que estaba sucediendo, que Él mismo lo estaba permitiendo, que el futuro está en Sus manos, y que en Él hay esperanza. Tal como se menciona en Jeremías 29:11: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.


Entonces ¿Está mal pedir a Dios que nos libre de algunas situaciones? No, no está mal. Dios en Su palabra anima a Su pueblo a clamar, a pedir y a buscar Su presencia en todo tiempo. Pero se debe tener presente que la respuesta de Dios siempre será la mejor y en ocasiones no se darán las cosas en nuestros tiempos, y mucho menos Dios obrará en nuestra vida y en el mundo como nosotros esperamos.


No hay forma de saber qué pasará y hasta cuándo sucederán algunas cosas, pero aun así, Dios espera que podamos confiar en Él. Que podamos ser agradecidos en medio de cualquier situación y claramente espera que seamos receptivos a Sus propósitos y a Su forma de obrar, aunque no comprendamos todo lo que Él está haciendo. Él espera que sigamos caminando en medio de la dificultad, colocando la mirada en Él.


“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:1-2

Dios usó el cautiverio para hacer volver el corazón de Su pueblo a Él, para poder enderezar lo torcido, y así ellos pudieran reconocerlo en todos sus caminos. Igualmente hoy Dios sigue usando toda situación para santificar a Su Iglesia. Él sigue incomodando a Sus hijos para transformar sus corazones y de esta manera poder ser como Su Hijo Jesús.


“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?”. Hebreos 12:6-7

Hoy hay muchos motivos para que Sus hijos clamen. Pero ¿Y si Dios decide hacer algo diferente a lo que se le pide? A pesar de Su respuesta, hay una verdad, Él es soberano, todo lo sabe y está al control de todas las cosas. Confiar en que Sus respuestas y Sus formas son las mejores nos ayudará a descansar en Él y a dejar cualquier carga a Él. En Dios hay consuelo y esperanza.


“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar”. Habacuc 3:17-19

Algo importante.También hoy los hijos de Dios deben tener un gran cuidado. Los falsos maestros siguen en la actualidad y son usados por satanás para engañar con falsas enseñanzas sobre algunos temas específicos. Es un tiempo en que se debe estar alerta a todo tipo de mensaje, mensajes que muchos dan en nombre de Dios. Es tiempo de volver a Su palabra para conocer al Dios que creemos y a quien dirigimos las oraciones. Él en Su palabra dejó el mayor mensaje de todos, y este mensaje contiene todas las instrucciones sobre la vida y no hay nada que podamos encontrar fuera de Su palabra dada. Él nos prometió que por medio del Espíritu Santo nos instruiría y enseñaría todas las cosas.


“Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír”. 2 Timoteo 4:2-3

Busquemos al Señor siempre. Confiemos en Su control y soberanía en todo tiempo. Seamos agradecidos con todo lo que vivimos. Pidamos a Dios confiando en Su respuesta. Descansemos en Aquél a quien le pertenece nuestro pasado, presente y futuro.

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:4-7


Piensa en esto: Hoy a nivel mundial están sucediendo muchas cosas. Es posible que en tu vida algo esté sucediendo también. Te animo a incluir en tus oraciones las siguientes preguntas a Dios: ¿Qué propósito tienes en todo esto? ¿Cómo quieres que viva en medio de esta situación? Y aunque la situación no cambie, pregúntale ¿Qué quieres transformar en mí?


Autor Andrea Moreno May

 
 
 

2 commenti


Andrea Moreno May
Andrea Moreno May
01 mag 2020

Gracias

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codyandmaria2002
01 mag 2020

Bien dicho. Un articulo muy biblico y de mucha ayuda especialmente en esos dias. Bendiciones.

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